Mar de Música
Después de muchos años cantando y compartiendo música por todo el mediterráneo el hecho de recibir un premio en Cuba significó el inicio de algo que, de entrada, me parecía muy difícil: encontrar la posibilidad de establecer un diálogo, un camino musical, encontrar un mar de música al otro lado del mundo y grabar un disco allí. El proceso ha sido largo y hoy, a punto de cumplirse 50 años viviendo con la música, el sueño se ha cumplido. El mejor regalo de cumpleaños que yo podía tener era entrar en esta realidad diferente de la mano de estos músicos extraordinarios. Me ha impresionado la calidad artística y su entrega, la alegría compartida y creativa, la sabia improvisación. Todos los momentos, desde los primeros días de ensayos hasta la grabación, se convirtieron en un dejar de lado los obstáculos y hablar musicalmente de una manera fluida entre la mediterraneidad y la cubanía: Jorge Reyes y su grupo de Latin-Jazz, el grupo de música campesina Cuerdas del Monte, José Mª Vitier y todos los vinieron a colaborar como María Victoria, El Tosco, Pancho Amat, Enrique Pérez Mesa. Juntos hemos podido descubrir que en nuestras tradiciones musicales, poéticas y humanas tenemos muchas cosas que nos unen, y sobre todo hemos dejado de lado ciertas rutinas musicales para entrar de lleno en el lenguaje de un ritual creativo y emocionante.
En mi primer viaje a Cuba descubrí su música campesina y me di cuenta que compartimos muchas armonías, que su instrumentación y la construcción poética de los versos de algunas danzas y melodías eran muy parecidas a las canciones populares de Mallorca. Ese hecho me ayudó a acercarme a ellas y cantarlas. Los dos temas del campo, «Zapateo» y «Amorosa Guajira», eran solamente piezas musicales a las que puse letra de canciones que encontré en el Cancionero popular de Mallorca de P. Rafel Ginard que hablaban de Cuba en relación al comercio de tejidos o tabaco, de relaciones amorosas, de añoranzas…
Con «Danza de fin de siglo» ocurrió algo parecido. Se trataba de una composición sin canto, sólo musical. Cuando la oí por primera vez ya la vi como canción y pensé que podríamos hacer un poemas que hablara de La Habana. Con Albert Garcia nos pusimos a ello… “una ciutat ferida, on sembla que tot és vida”. Tuve suerte que José Mª Vitier viniera a Palma a hacer un concierto en el Auditori. Nunca lo había escuchado en directo. Su interpretación emocionante e inspiradora me dio fuerzas para pedirle poder hacer aquel “sacrilegio”. Le gustó la idea y quiso participar en el disco haciendo él mismo los arreglos y tocando el piano.
La hora de la verdad de todos estos trabajos llegó cuando, al empezar los ensayos, me di cuenta que los que los escuchaban lo hacían con total naturalidad. Hasta tal punto fue así que me comentaban que quizás a partir de entonces aquellas canciones se cantarían también en Cuba. No podía haber mejor respuesta. Nada me gustaría más. El tiempo lo dirá.
La primera vez que fui a Cuba era en el invierno, el mes de enero. Cerca de la casa donde ensayábamos, en un jardín vecino, puede ver por primera vez de muy cerca los colibrís danzando fuera y dentro de la flor. Otro día, en una excursión al Valle de Viñales, me pareció contemplar una parte del paraíso.
Esta vez, durante el mes de mayo que duró la grabación de Ultramar, mientras íbamos y veníamos del hotel al estudio, nos acompañaba la primavera de los flamboyanes, árboles inmensos vestidos de flores rosadas y blancas, y los girasoles que llenaban los pequeños mercados de la ciudad y nos traían el sol al estudio.
Estoy muy agradecida a todos los compañeros de este viaje y querría que este Ultramar pudiera reunirnos muchas otras veces. En este encuentro hemos conectado nuestras maneras de hacer música creando un lenguaje muy nuestro por encima de cualquier interrogante. Un recorrido de músicas y sentimientos entre mares. Ha sido maravilloso para mi acercarme a esta isla y a su gente, a quien admiro tantísimo por su cultura y su coraje.
Maria del Mar Bonet
Fotografías del viaje de Maria del Mar Bonet a La Havana para la grabación de su nuevo álbum «Ultramar» en mayo de 2016.
Maria del Mar Bonet con el Sexteto de Jorge Reyes paseando por La Havana. Mayo del 2016. ©Juan Miguel Morales
Maria del Mar Bonet en el Bega Estudio de La Havana del districto Vibora Park, con el ingeniero de sonido Carlos de la Vega, el percusionista Eduardo Llibre y el saxofonista Jamil Chery; en una de las muchas sesiones en la grabación de su nuevo álbum. Mayo del 2016 @Juan Miguel Morales.
Maria del Mar Bonet con el pianista cubano Alejandro Falcó. Mayo del 2016. ©Juan Miguel Morales
Maria del Mar Bonet cantando «Què volen aquesta gent?» invitada por Sílvio Rodríguez a subir al escenario en su concierto número 74 de su Gira por los barrios. Viernes 27 de Mayo del 2016, Consejo Popular de Tamarindo, Santo Suárez. ©Juan Miguel Morales